Abel was a keeper of sheep, Cain a tiller of the ground. That is, the first was a nomad and the second a sedentary. The quarrel of Cain and Abel has gone on from generation to generation, from the beginning of time down to our own day, as the atavistic opposition between nomads and sedentaries, or more exactly as the persistent persecution of the first by the second. And this hatred is far from extinct. It survives in the infamous and degrading regulations imposed on the gypsies, treated as if they were criminals, and flaunts itself on the outskirts of villages with the sign telling them to ‘move on.’
The Ogre, Michael Tournier

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Saturday, July 9, 2011

preciosa y el aire :: español

texto original // original text
derechos de autor // copyright :: federico garcía lorca

Su luna de pergamino 

Preciosa tocando viene, 

por un anfibio sendero 

de cristales y laureles.



El silencio sin estrellas, 

huyendo del sonsonete, 

cae donde el mar bate y canta 
su noche llena de peces.



En los picos de la sierra 

los carabineros duermen 

guardando las blancas torres 
donde viven los ingleses.



Y los gitanos del agua 
levantan por distraerse, 

glorietas de caracolas 

y ramas de pino verde. 

Su luna de pergamino 

Preciosa tocando viene. 

Al verla se ha levantado 
el viento que nunca duerme.



San Cristobalón desnudo, 
lleno de lenguas celestes, 

mira la niña tocando
una dulce gaita ausente. 



Niña, deja que levante 

tu vestido para verte. 
Abre en mis dedos antiguos 

la rosa azul de tu vientre.
Preciosa tira el pandero 

y corre sin detenerse.
El viento-hombrón la persigue 

con una espada caliente. 



Frunce su rumor el mar.
Los olivos palidecen. 
Cantan las flautas de umbría 

y el liso gong de la nieve. 

¡Preciosa, corre, Preciosa, 

que te coge el viento verde! 

¡Preciosa, corre, Preciosa! 
¡Míralo por dónde viene!
 Sátiro de estrellas bajas 
con sus lenguas relucientes. 



Preciosa, llena de miedo, 

entra en la casa que tiene, 
más arriba de los pinos, 

el cónsul de los ingleses. 



Asustados por los gritos 
tres carabineros vienen, 

sus negras capas ceñidas 

y los gorros en las sienes. 

El inglés da a la gitana 

un vaso de tibia leche, 

y una copa de ginebra 

que Preciosa no se bebe. 



Y mientras cuenta, llorando, 
su aventura a aquella gente, 
en las tejas de pizarra 
el viento, furioso, muerde.

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